martes, 17 de febrero de 2015

En Casa 13 empezamos el año...


En Casa 13 empezamos el año preocupadxs por la continuidad de nuestro trabajo en este espacio. Aunque no es la primera vez que nuestra casa y las casas vecinas del Paseo de las Artes son víctimas de daños y robos, la creciente frecuencia y la virulencia de las últimas irrupciones nos hacen temer la posibilidad de una usurpación permanente de la casa. Nos apena muchísimo tener que comenzar el 2015 compartiendo con ustedes semejantes noticias, pero la verdad es que, por detrás de la atractiva ficción turística del barrio Güemes y la zona del Paseo, su situación por las noches y la realidad social subyacente son muy distintas a lo que habitualmente se puede ver, y los incidentes mencionados más arriba nos exponen a una situación de excepcional vulnerabilidad, convirtiéndose en obstáculos difíciles de sobrellevar que nos desalientan y se suman a un proceso de deterioro edilicio que se acelera año tras año.



La singularidad de un proyecto como el de Casa 13 radica en la libertad que nos ofrece la autogestión para tomar decisiones con respecto de qué hacer y de cómo hacerlo. Si un espacio de estas características es viable en nuestra ciudad, es sin dudas por toda una serie de vínculos afectivos que en el presente nuclean a sus integrantes en torno a la casa, su historia y sus perspectivas para el futuro. De más está decir que las constantes amenazas que enfrentamos en los últimos meses implican un enorme desgaste emocional para todxs nosotrxs, y es por eso que decidimos darle estado público a esta situación. Queremos decir abiertamente que, más allá de la aparente consolidación de Casa 13 como proyecto, estas contramarchas demuestran lo difícil que resulta sostenerlo cuando, en lo relativo a lo edilicio, no se cuenta con apoyo oficial ni existen certezas a mediano o largo plazo con respecto de si podremos seguir disponiendo del espacio. Este es para nosotrxs incluso un desafío de índole política, en relación a la sostenibilidad y la posibilidad misma de existencia de espacios horizontales, abiertos e independientes.

Los diversos equipos de trabajo que han llevado adelante el proyecto de Casa 13 a lo largo de los últimos 20 años han estado siempre formados por colaboradorxs que invierten su energía y recursos en el mantenimiento y la mejora del edificio, así como en una serie de soluciones creativas que apuntan a hacer de la casa un hermoso lugar para el encuentro, el intercambio y la participación. Estos esfuerzos, combinados con la gestión independiente de los recursos necesarios para mantener el espacio utilizable de manera cotidiana (todos ellos generados por las propias actividades de la casa), se ven malogrados cuando hay personas que ingresan violentamente con la intención de llevarse objetos patrimoniales que en realidad poseen escaso valor material, destruyendo aberturas, muebles y obras con las que se encuentran en su camino. A pesar de lo desalentador de este panorama, tenemos la firme determinación de llevar adelante las tareas necesarias de restauración que, aunque requieren de un compromiso extraordinario, sabemos que son viables. Queremos visibilizar un momento difícil y desconcertante y, al mismo tiempo, dejar clara nuestra voluntad de revertirlo para que nuestros diversos proyectos (talleres y seminarios, editorial, archivo, clubes de lectura y colectivos de cultura libre, residencias, ferias, presentaciones, ensayos abiertos, etc.) sigan trabajando en la casa y para toda la comunidad.

Estamos en un momento en el que nuestro trabajo parece ser cada vez más difícil de sostener en lo emocional y lo material, cuando sabemos que nuestro interés y nuestra limitada capacidad operativa deberían estar puestos en generar y continuar las actividades que hacen a la identidad de la casa. Es por eso que la comprensión de todxs aquellxs amigxs y visitantes que siempre han colaborado con nosotrxs es fundamental para la continuidad y el futuro de este proyecto. Muchas gracias por acompañarnos.

El equipo de trabajo de Casa 13